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viernes, 2 de marzo de 2012

Jesùs gonzàlez the teacher.net La Pagina. EL REGRESO: LA PAGINA DINAMICA....

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13 comentarios:

  1. Ponencia presentada en el II ENCUENTRO DE HISTORIADORES Y CRONISTAS
    CONMEMORACIÓN DE LOS 250 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL PUEBLO DE INDIOS DE SANTO TOMÁS DE TUCUPIDO Tucupido, – Estado Guárico, 20 y 21 de mayo de 2010

    DR. FELIPE HERNÁNDEZ G.
    PROFESOR TITULAR. UNESR
    felipehernandez56@yahoo.es

    En nuestro ya largo ejercicio profesional como profesor de educación media primero y superior después, en lo que refiere al Oriente del Guárico, especialmente a las poblaciones de Tucupido, Valle de la Pascua y Zaraza, entre quienes han sido nuestros discípulos, el apellido Arbeláez o Arveláiz, escrito de diversas formas y maneras, se repite con inusitada frecuencia, lo que indica que son muchas las familias portadoras de este apellido y que su vinculación con la subregión ha determinado una identidad. Tal premisa la podemos comprobar con solo revisar las guías telefónicas de las prenombradas ciudades guariqueñas.
    Como es sabido, el apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas, y la antroponimia u onomástica antropológica es la rama de la onomástica que estudia el origen y significado de los nombres propios, incluyendo los apellidos.
    Con estas premisas como referente, exponemos que Arveláez, Arbeláez, Arvelaiz, y otras grafías, es un apellido de origen vasco, en cuya lengua se escribe y se pronuncia Arbel-Aitz. Expresión que tiene dos significados, a saber: 1) Árbol frondoso, y 2) Piedra de pizarra o simplemente pizarra. La castellanización de la palabra Arbel-Aitz lo convirtió en Arbeláiz, porque en lengua vasca no existe el sonido "V" o “UV”, y está incluido entre los llamados apellidos toponímicos porque derivan del nombre del lugar donde vivía, procedía o poseía tierras la persona o familia asociada al apellido. Muchos se encuentran precedidos de la preposición "de", "del", "de la" o simplemente son gentilicios. Merece destacarse, que los apellidos toponímicos son muy numerosos en español especialmente los apellidos navarros y vascos, en particular aquéllos que siguen a un sobrenombre. Supuestamente los primeros arvelaez provienen de familias nómadas o gitanas, específicamente del pueblo de bolivar. Asentándose en el País Vasco, primordialmente en Guipúzcoa, y específicamente en la ciudad y municipio de Irún.
    Admiten los tratadistas como un solo linaje las diversas grafías del apellido, con casa solar de Arbelaez, según consta en el expediente de pruebas de nobleza de un Caballero de la Orden de Santiago, de este linaje, cerca de Bidasoa, a media legua de Irún – Guipúzcoa, donde fundaron el Palacio de Arbelaiz, cerca de la plaza de San Juan. Otras casas de Arbelaez, dimanadas de la de Irún, se radicaron en las proximidades de la villa de Motrico y en el valle de Oyarzun también en Guipuzcoa. De ahí pasaron a Vizcaya, Sevilla, Colombia y Venezuela.
    Geográficamente la ciudad de Irún está situada al Noreste de la provincia de Guipúzcoa, en la depresión sublitoral de la desembocadura del río Bidasoa que históricamente ha hecho de frontera natural entre España y Francia, río que a su vez, desemboca en el mar Cantábrico en la bahía de Txingudi. Pertenece al partido judicial de San Sebastián. Se encuentra rodeada de montes, destacando el macizo granítico de Peña de Aia, formado durante la Era Primaria; Jaizkibel de arcillas de la Era Terciaria, así como los montes de Erlaitz y San Marcial, de donde descienden regatas que fluyen al Bidasoa. Ocupa una extensión de 42,8 Kilómetros cuadrados, sobre una altitud de 5m sobre el nivel del mar

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  2. los ríos Ipire, Unare y Quebrada Honda, hacia el antiguo asiento poblacional de San Miguel de la Nueva Tarragona en el Batey, según denominación que Joan de Orpín diera a esas tierras, como hemos anotado.
    En la cuenca del Unare y especialmente en Aragua de Barcelona y en Chaguaramal de Perales comienza a desarrollarse y a expandirse este apellido. Diferentes distorsiones lo han hecho devenir en diversas acepciones, a saber: Arveláiz, Arveláez y Arbeláez, Arvelae, Arvelaes, Alvelais, Alvelaes, etc.
    Juan Bautista llega a Chaguaramal firmando como “Arueláiz”, como puede verse en un poder que le confirieron los habitantes de Santa María de Ipire al Pbro. José Vicente Machillanda, para que solicitara la creación del curato para el sitio de Chaguaramal del Batey, como desmembración del de Santa María. La costumbre de firmar con una V -uve para los españoles- o con la U, era muy frecuente en tiempos de la Colonia, por que su sonido era común. Esto hace que el uso del apellido con la V sea, actualmente, la mayoritaria en Venezuela, a diferencia de España, Colombia y el resto de América, donde el uso predominante es con la B, como debería ser. En todo caso, todos los que llevan este apellido en nuestro país -a excepción de los de Barquisimeto, que vienen de Colombia-, son descendientes de este español oriundo, posiblemente, de Irantzu-Irún, (Guipúzcoa), o de Motrico-Oyartzun, (Vizcaya), sitios donde él abunda.
    Los hijos de Juan Bautista y Rita Ignacia, fueron:
    1. Manuel Antonio Arveláiz Berroeta, (MAAB) sacerdote en 1786, no tuvo sucesión. (1765-1822)
    2. Juan Bautista, primero fue sacerdote. En 1789 ahorcó los hábitos clericales para casarse en Valle de la Pascua en 1796 con Merced Álvarez Arzola. Padres de Cipriano Arveláiz Álvarez de los primeros asentados en Agua Negra, caserío ubicado entre Tucupido, Santa María de Ipire y El Socorro. Allí tuvo una hacienda llamada Mayalito.
    3.- Bárbara Arveláiz Berroeta. Casó con don Francisco Hernández, (1798). Fue una de las primeras familias asentadas en El Socorro.
    4. Pedro Vicente Arveláiz Berroeta c/c María Feliciana Apodaca y Vargas Machuca, su parienta en tercer grado de consanguinidad. Fue de los primeros en asentarse en Agua Negra.
    5. Gracia Feliciana (Graciosa) Arveláiz Berroeta. Casada con don Pedro Amparan, iniciador de este linaje en Aragua de Barcelona.
    6. Miguel Francisco Arveláiz Berroeta. Casado en Aragua de Barcelona, en 1806, con doña Josefa Francisca Chacín y Escala. En algunos documentos doña Josefa aparece como Chazzín. De allí vienen los Amparan (Emparan y Orbe), Parés, Lander, Montbrun, Gago, Baca, entre otros apellidos del Oriente del Guárico y de Venezuela.
    7. Juan Evangelista Arveláiz Berroeta. No se le conoce sucesión.
    8. José Antonio Arveláiz Berroeta, (JAAB), también conocido como “Pepe”. Primero cura (entre 1796-1809). Ahorcó los hábitos clericales y se casó en 1812 con Josefa (Chepa) de Toro, en Aragua de Barcelona. Nació en 1773, en Chaguaramal del Batey.
    De esta estirpe provienen todos los portadores de este apellido en el Oriente del Guárico y en muchos sitios de nuestro país y del exterior.
    Para concluir, les presento un poema escrito por escritor colombiano Jotamario Arbeláez, que es una alegoría al devenir de esta estirpe, se titula:

    ANTEPASADOS
    Mis antepasados entraron a sangre y fuego en América conquistando y arrasando.
    Mis antepasados se defendieron con los dientes de esta invasión de bárbaros.

    Mis antepasados buscaban el oro para cuadrar las arcas de sus monarcas y saciar sus

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  3. Por su situación geográfica es una ciudad abierta, lugar de encuentro y de paso y también ideal para instalarse.
    El origen de Irun se remonta a la época prerromana, según testimonio del historiador Estrabón y otros historiadores romanos que hacen referencia a Oiasso, una de las ciudades de los vascones y que excavaciones recientes han puesto al descubierto en diferentes zonas de la ciudad, entremezclados con el asentamiento romano, en el entorno de la parroquia del Juncal y de la ermita de Santa Elena.
    El topónimo Irun, significa la ciudad, lo que denota el carácter protagonista que ésta desempeñó en aquellos tiempos; aunque no existe constancia desde cuando se llama así. En el siglo XVII, un personaje muy célebre a quien se considera uno de los primeros portadores del apellido, fue don Juan de Arbeláez, del castillo de Irún, quien ya muy longevo, en 1640, testó y fundó un mayorazgo.
    Si invocamos el uso de la palabra genearca, entendida como la persona cabeza de una familia o clan que deja una abundante descendencia, y por extensión llamando así al fundador de un linaje o apellido en un determinado país o zona geográfica. El genearca del apellido Arbeláiz en Venezuela fue don Juan Bautista Arbeláiz Altuna y Legarra Eleizalde, por cuanto fue él, el primer portador de ese apellido que vino a esta tierra de gracia.

    DON JUAN BAUTISTA ARBELÁIZ ALTUNA Y LEGARRA ELEIZALDE nació en Irún hacia el año de 1740 y vino a Venezuela con la Compañía Guipuzcoana en 1758, cuando contaba con 18 años de edad, su paisano don Joan Manuel de Berroeta, también vasco, lo llevó al Oriente del Guárico, específicamente a Santa María de Ipire y en el año 1764, lo casó con su hija Rita Berroeta del Peral, con quien procreó ocho hijos.
    Don Joan Manuel de Berroeta había venido a Venezuela a principios de la tercera década del siglo XVIII como funcionario de la Compañía Guipuzcoana en los almacenes de San Sebastián de los Reyes y San Rafael de Orituco; en Altagracia de Orituco, se casó con Mariana del Peral Guedes Ábila Feria, hacia el año 1735. Su primer hijo nació en Chaguaramal de Perales (hoy Zaraza) en 1737, se llamó Miguel Francisco Berroeta del Peral. Lo que indica que de Santa María de Ipire se expandieron hacia Zaraza y Aragua de Barcelona, puesto que la hija mayor de Juan Bautista Arbeláiz Altuna y Legarra Eleizalde y Rita Berroeta del Peral, de nombre Gracia Feliciana Arveláiz Berroeta fue casada con Pedro Amparan y Orbe, hermano de don Vicente Emparan y Orbe, el gobernador que renunció en el balcón del Cabildo de Caracas, ante el rechazo del pueblo el 19 de abril de 1810, diciendo: “Si ustedes no quieren mi mandato yo tampoco quiero mando”.
    Apunta Manuel Soto Arbeláez (2010) lo siguiente: En verdad la feracidad de las tierras unareñas ejercía una atracción irresistible sobre los vascos españoles venidos a América con la Compañía Guipuzcoana. Era el verdor, y la fertilidad, un imán para esos hombres acostumbrados a las estrecheces de las heredades del mayorazgo milenario que imperaba en las vascongadas. No podía haber futuro en paños de tierra tan labrados a través de los siglos, con el hermano mayor ejerciendo una dictadura tutelar de por vida. Euzcadi era insoportable para un joven ambicioso, para un soñador, para un hombre emprendedor. Ese aletargamiento hizo que en 1758 el vizcaíno se alistara en la nomina de la compañía concesionaria de la administración de las rentas portuarias venezolanas, embarcándose en busca de la tierra feraz prometida, tras un futuro seguro por conquistar.
    Primero hizo de burócrata en oficinas de la compañía en La Guaira y Caracas. Desde esta última se encaminó primero a San Sebastián de los Reyes y posteriormente, ya independiente al Orituco, para emprender viaje hasta la zona mesopotámica

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  4. los ríos Ipire, Unare y Quebrada Honda, hacia el antiguo asiento poblacional de San Miguel de la Nueva Tarragona en el Batey, según denominación que Joan de Orpín diera a esas tierras, como hemos anotado.
    En la cuenca del Unare y especialmente en Aragua de Barcelona y en Chaguaramal de Perales comienza a desarrollarse y a expandirse este apellido. Diferentes distorsiones lo han hecho devenir en diversas acepciones, a saber: Arveláiz, Arveláez y Arbeláez, Arvelae, Arvelaes, Alvelais, Alvelaes, etc.
    Juan Bautista llega a Chaguaramal firmando como “Arueláiz”, como puede verse en un poder que le confirieron los habitantes de Santa María de Ipire al Pbro. José Vicente Machillanda, para que solicitara la creación del curato para el sitio de Chaguaramal del Batey, como desmembración del de Santa María. La costumbre de firmar con una V -uve para los españoles- o con la U, era muy frecuente en tiempos de la Colonia, por que su sonido era común. Esto hace que el uso del apellido con la V sea, actualmente, la mayoritaria en Venezuela, a diferencia de España, Colombia y el resto de América, donde el uso predominante es con la B, como debería ser. En todo caso, todos los que llevan este apellido en nuestro país -a excepción de los de Barquisimeto, que vienen de Colombia-, son descendientes de este español oriundo, posiblemente, de Irantzu-Irún, (Guipúzcoa), o de Motrico-Oyartzun, (Vizcaya), sitios donde él abunda.
    Los hijos de Juan Bautista y Rita Ignacia, fueron:
    1. Manuel Antonio Arveláiz Berroeta, (MAAB) sacerdote en 1786, no tuvo sucesión. (1765-1822)
    2. Juan Bautista, primero fue sacerdote. En 1789 ahorcó los hábitos clericales para casarse en Valle de la Pascua en 1796 con Merced Álvarez Arzola. Padres de Cipriano Arveláiz Álvarez de los primeros asentados en Agua Negra, caserío ubicado entre Tucupido, Santa María de Ipire y El Socorro. Allí tuvo una hacienda llamada Mayalito.
    3.- Bárbara Arveláiz Berroeta. Casó con don Francisco Hernández, (1798). Fue una de las primeras familias asentadas en El Socorro.
    4. Pedro Vicente Arveláiz Berroeta c/c María Feliciana Apodaca y Vargas Machuca, su parienta en tercer grado de consanguinidad. Fue de los primeros en asentarse en Agua Negra.
    5. Gracia Feliciana (Graciosa) Arveláiz Berroeta. Casada con don Pedro Amparan, iniciador de este linaje en Aragua de Barcelona.
    6. Miguel Francisco Arveláiz Berroeta. Casado en Aragua de Barcelona, en 1806, con doña Josefa Francisca Chacín y Escala. En algunos documentos doña Josefa aparece como Chazzín. De allí vienen los Amparan (Emparan y Orbe), Parés, Lander, Montbrun, Gago, Baca, entre otros apellidos del Oriente del Guárico y de Venezuela.
    7. Juan Evangelista Arveláiz Berroeta. No se le conoce sucesión.
    8. José Antonio Arveláiz Berroeta, (JAAB), también conocido como “Pepe”. Primero cura (entre 1796-1809). Ahorcó los hábitos clericales y se casó en 1812 con Josefa (Chepa) de Toro, en Aragua de Barcelona. Nació en 1773, en Chaguaramal del Batey.
    De esta estirpe provienen todos los portadores de este apellido en el Oriente del Guárico y en muchos sitios de nuestro país y del exterior.
    Para concluir, les presento un poema escrito por escritor colombiano Jotamario Arbeláez, que es una alegoría al devenir de esta estirpe, se titula:

    ANTEPASADOS
    Mis antepasados entraron a sangre y fuego en América conquistando y arrasando.
    Mis antepasados se defendieron con los dientes de esta invasión de bárbaros.

    Mis antepasados buscaban el oro para cuadrar las arcas de sus monarcas y saciar sus

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  5. propias sedes.
    Mis antepasados ocultaron el oro de sus ritos al sol bajo tierra y bajo las aguas.

    Mis antepasados nos robaron la tierra.
    Mis antepasados no pudieron recuperarla.

    Cómo siento en el alma no haber estado en el cuerpo de mis antepasados.

    ¿De parte de cuál de mis antepasados me pondré contra cuáles?

    REFERENCIAS
    ARBELAEZ, Jotamario. (2008): Antepasados. Publicado en: Prometeo. Revista Latinoamericana de Poesía. Número 84-85. Julio de 2008.

    BERGASA, Víctor, Miguel Cabañas, Manuel Lucena Giraldo, y Nikita Harwich Vallenilla. (2009): ¿Verdades cansadas? Imágenes y estereotipos acerca del mundo hispánico en Europa. París – Francia: Publicaciones Nuevo Mundo. Colección Historia. Nuevo mundo - mundos nuevos / Nouveaux mondes - mondes nouveaux. http://www.mascipo.fr/Nuevo-Mundo-Mundos-Nuevos.html.

    BLOCH, Marc. (1975): Introducción a la Historia. México: Fondo de Cultura Económica.

    DE ARMAS CHITTY, J. A. (1983): Zaraza: biografía de un pueblo. Caracas: Academia Nacional de la Historia.

    FEBVRE, Lucien. (1975): Combates por la Historia. España: Editorial Ariel.

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  6. II ENCUENTRO DE HISTORIADORES, CRONISTAS EINVESTIGADORES DE TUCUPIDO.COMPLEJO CULTURAL “FRAY ANSELMO ISIDRO DEÁRDALES.20 Y 21 DE MAYO DE 2010.CONMEMORACIÓN DE LOS 250 AÑOS DE LAFUNDACIÓN DE TUCUPIDO, CAPITAL DEL MUNICIPIOJOSÉ FÉLIX RIBAS, DEL ESTADO GUÁRICO.
    PONENCIA DE DEGNIS SIMÓN ROMERO RODRÍGUEZ

    TUCUPIDO CINCUENTERO

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  7. 2TUCUPIDO CINCUENTERO
    Degnis Simón Romero Rodríguez.
    El denominado “
    Granero del Guárico”,
    fundado en 1760 por el Fraile Anselmo Isidrode Árdales, con el prefijo “Santo Tomás de”, se ubica en la región nororiental de eseestado llanero que conforma el corazón de Venezuela.Llama mucho la atención, a manera de preámbulo, la lista de profesionales de lamedicina, gremio altamente contestatario, que han sido gobernadores de dicho estado alo largo de la historia. Por ello, no se explica la prevalencia de la “mengua” (noregistrada en índices de mortalidad). ¡Ampáranos Señor!Capital del Municipio José Félix Ribas; nombrado así en honor al prócer independentista que murió decapitado en esa tierra de gracia, a manos del ejércitorealista, el 31 de enero de 1815.Luego de eso, y de que pasara mucha agua debajo del puente “El Caimán” del ríoTamanaco “La despensa del llano”, nos ubicamos allá por los tempranos años cincuentacuando comenzamos a ver la luz en este mundo. En ese interín, sólo había una vieja planta que suministraba el fluido eléctrico, ubicada en el sitio de la “Cancha Neverí”.La mayor parte de esa década, el país estuvo gobernado por el teniente coronel golpistaMarcos Pérez Jiménez, luego de haber participado en las escaramuzas contra Medina el45, Gallegos el 48, Delgado Chalbaud el 50 y de desconocer el triunfo de Villalba el 52.La localidad había estado distribuida en dos sectores muchas veces antagónicos: “SanPablo” y “El Jalón”. No había explosión demográfica alguna, por tanto los límites semantuvieron durante mucho tiempo dentro de una misma poligonal de 4 km.aproximadamente, integrada, a grosso modo, por los siguientes hitos: El Caño, Campode Béisbol, Ramonote, Rivero, El Molino, El Baño’e Garrapaticida, La Matanza, ElMirador, La “Caja de Agua” en plaza del Sol y El Cementerio.Entre tales confines se albergaban las rutas que permitían sofocar la pasión callejera;identificadas, la mayoría, con adalides de la historia patria, vale decir: Bolívar, Roscio,Ribas, Miranda, Ricaurte, Páez, Guaicaipuro, Bermúdez, Madariaga, Monagas, Salom,Gabante, Pariaguán, Zaraza y Sucre (que era donde se celebraban las fiestas de SanRafael, desde la esquina c/c Bolívar hasta “La Quinta” y donde se montaba la‘empalizá’ que servía de manga de coleo).Era un lugar tranquilo y apacible (no había aparecido la changa ni el reggaeton), dondeel sosiego mañanero sólo era interrumpido por el cantar de los gallos, el trinar de los

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  8. 3 pájaros y el sonar de algún cuerno que indicaba la llegada del prematuro sábado para uncochino y que había un caldero repleto con fritura de chicharrón. Por las noches, altratar de conciliar el sueño reparador, el silencio sólo era rasgado por el cantar de algúngrillo, de alguna rana en el tambor del agua o de algún borrachito impertinente y procazregresando de sus correrías por “El Guatacaro”, que era el recinto de moda donde sedaban sus ‘candelazos’ y donde se practicaba el oficio más antiguo del mundo.El pueblo exhibía un paisaje bucólico y contaba con unas cinco mil almas queconformaban una amalgama de mestizaje emancipado. Se podía percibir, a la sazón,cierto progreso ya que estaban en proceso de extinción los curanderos, que ‘alentaban’a lugareños con oraciones, los yerbateros con sus pócimas, las parteras, y los dentistasempíricos que sacaban las muelas aplicando un líquido que las hacía aflojarse; se decíade un individuo que se cepilló con dicho fluido, pensando que también servía para lahigiene bucal, resultando que se le cayeran todos los dientes.Se le ganaba la batalla al chipo, causante del mal de chagas, gracias al sabiosantamarieño Doctor José Francisco Torrealba, quien, además, luchaba contra otrasendemias rurales. Se comenzó a erradicar la tuberculosis, dengue, niguas, salpullido,garrapatas, lombrices, culebrilla, pulgas, piojos y piojillos, orzuelos, flatulencias, sarna,uñeros, mal de ojo y otras pestes y plagas apocalípticas. Además, les tocaba el turno alas tusas y a las insalubres letrinas “El escusao”. Algunos chamos cayeron en ellas.Ya no se veía pasar los arreos de burros cargando mercadería desde y hacia otraslatitudes, ni a enfermos o finados siendo transportados en chinchorro hacia eldispensario más cercano o hasta la última ‘parada’. Relataban de un fulano flojazo paracocinar que, mientras era trasladado ‘muerto‘e la jambre’, un vecino condolido leofreció unos frijoles. El tipo preguntó si estaban cocidos y al escuchar un ¡no! comorespuesta, ordenó molesto:
    ¡Que siga el entierro!
    Por otra parte, quedaban pocas botijas ‘enterrás’ y escasa gente con morocotas, perorelucían los dientes de oro.El peso ya no era moneda de curso legal; en su lugar circulaban resplandecientesmonedas de plata, como la de 25 céntimos (medio o mariquita) comúnmente pegada enlas tarjetas de invitación a los bautizos, o la altamente codiciada de 5 bolívares (fuerte ocachete) cuya posesión te hacía sentir dueño de medio mundo.Prevalecían unidades de medida castellanas, algunas ambiguas y ya en desuso como: LaLegua (~3 millas. “El camino que se anda en una hora a pie o a caballo”), Vara (33

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  9. pulgadas), Fanega (55,5 litros), Almud (27,75 litros), Quintal (100 libras), Arroba (25libras), Cuartilla (6,25 libras), Cuarta y Geme, etc.Entre los valores y atributos persistía un gentilicio pueblerino acogedor, matizado por una idiosincrasia jovial y dicharachera, una capacidad humorística enraizada conintensidad y una muy irreverente chispa original campesina. Prueba de ello es esteejemplo de la poesía inspirada de Modesto Nieves:
    No te cojo rosa ahorita porque no me da la gana porque las rosas se cogende noche y por la mañana (sic)
    Algo así era más sencillo e hilarante que este serventesio de Rubén Darío:
    Yo soy aquel que ayer no más decíael verso azul y la canción profana,en cuya noche un ruiseñor habíaque era alondra de luz por la mañana
    Ya había llegado la compañía petrolera “Venezuela Atlantic Refining Company”, loque representó una transición notable del
    modus vivendis
    en los estratos relacionadosdirecta, indirectamente o por añadidura con sus actividades. Se construyó la actualurbanización “Talon”, que albergaba una serie de servicios jamás vistos por esos lados.Se veía grama por doquier, urbanismo y paisajismo propios de un suburbio en Dallas,Tx. Casas cómodamente configuradas al mejor estilo yankee, excepto que no eran demadera; sin cercas ni muros (las divisiones eran de cayena y otros arbustos finamente podados). Casa club con piscinas, sala de reuniones, vestuarios, sala de fiesta (y decine), bowling de 2 líneas, fuente de soda, sala de billar, bar-comedor y baños. Edificiode huéspedes, clínica de avanzada y comisare con todos los corotos. Sin contar lasinstalaciones (casas rodantes, etc.) cercanas a pozos y demás operaciones. Encima, seescuchaba a más de un indio decir: guasamárayu, guachimán, guayascáo y foquifóqui.También había llegado la industria automotriz y mucha gente andaba en carro, a pesar de que los accesos eran a través de carreteras de granzón. Esto requería de una especialhabilidad y pericia al volante para el tránsito, especialmente durante el invierno, debidoa que por causa de las patinadas y coleadas que se producían se corría el riesgo deaterrizar en una cuneta, en la pata de un cují o en un parabrisas ajeno.Además, se oía decir en jerga: “A esa le roncan los motores”, “Ese bota la segunda”,“Zutano se deja medí el aceite”, “Dale chola”. Un acontecimiento trascendente y deinusual algarabía se presentó cuando fue observado, en medio de una gran polvareda, el paso de una competencia nacional de autos de carrera “Formula 1”.

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  10. 5En relación a las tradiciones, hay referencias ricas y abundantes que variaban deacuerdo a la época del año y que se fundamentaban, principalmente, en el arraigocultural exquisito de los pobladores en diferentes facetas artísticas; con énfasis en lomusical como facilitador del bochinche.Se recurre, a modo de pauta, a la guía cronológica que obsequia la canción de alguienque por esos días estaba incipiente con su orquesta: Billo Frómeta y “La Flor DelTrabajo” (sin sugerir apología del delito); comenzando, con lo grueso del asunto, por los carnavales con sus desfiles y comparsas; semana santa con las habituales procesiones y las excursiones a los charcos aledaños (pozo, río o represa); los veloriosde cruz de mayo con los cantos, los juegos de penitencia y los sabrosos condumios queincluían alfeñique, pan de horno, pavo relleno, buñuelo, templón, catalina (o qk) rellenay dale que son tamales, además de chicha, carato y otros menjurjes; los escapes, durantevacaciones escolares, a caseríos circunvecinos como: Cují Negro, San Rafael de Laya(El Ciento 33), Cerro Grande, y otros montes o rastrojos; las fiestas de octubre en honor a San Rafael Arcángel (al patrono Santo Tomás Apóstol, le correspondía el 21 dediciembre pero, por razones obvias, en esas fechas se celebraba a su jefe).Para llegar extenuados a las festividades decembrinas y cerrar el año con parrandonesnavideños, hallacas, misas de aguinaldo con las gustosas arepitas fritas y pare de contar.Todo ello sin tomar en consideración el menudeo, es decir, las innumerables ocasionesque servían para el sano disfrute de las abnegadas almas fiesteras, tales como: terneras(con vegueros de arpa, cuatro, maraca y buche), coleaderas, veladas, ensetes, retretas,serenatas, norias itinerantes (la rueda y los aparatos que se estacionaban en la plaza SanPablo), funciones nocturnas (o de matinée y vespertina los fines de semana) en los cinesRibas (en 1950, actuaron Tongolele y Alfredo Sadel) y América (este último sirvió deescenario, en 1948, para la presentación apoteósica de Pedro Infante, cuando estaba ensu apogeo la música mexicana y su cine en black & white), los bailes de golpe tramaoen medio de una gran nube de polvo (zapateando, resoplando y sudando copiosamente)y un larguísimo etcétera, en el cual adjuntamos, a manera de colofón, las n+1 vueltas pateadas alrededor de la adornada (

    ), amena y frondosamente bella plaza Bolívar.Otro elemento tradicional nutrido, era el repertorio de juegos que servían deentretenimiento a los que el papá de Mafalda (la de Quino) llamaba “pibes de ayer”:Metras (con hoyito y todo), Trompo (picar troya), Caída, 31, Tute, Carga la burra, Roba pilón, Trompito (Meta, Saque, Deje, Todo), Pared (con cromos o barajitas de álbumes),Perinola, Papagayo, Ludo, Yoyo (con pata’e gallina), Gurrufio, Zorros y Gallinas,

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  11. 6Palito mantequillero, Latas de sardina amarradas con guaral, Chapita, CalcomaníasTatu, Dama china, Cuarenta matas, suplementos, cuentos o tiras cómicas (la “BandeDessinée” de los franceses) y otro holgado etcétera. Tiempo después esos mismoschavales aprendieron a jugar dominó, ajilei, bolas criollas, ruleta, gallos, dupleta,remate, 5 y 6, truco, dados, rojo, etc.; agregando escapes etílico-ludópatas y jugando a“El escondío” (¡pero de la mujé!).En lo concerniente al refranero y decires populares, la retahíla estaba compuesta por una larga lista donde se insertaban los innombrables vulgares, groseros, escatológicos,chabacanos, ‘tierrúos’; y los que agregaban palabras del gracioso tesauro anatómicotales como: Cuadríl, Güelgüero, Mochilas, Tripa, Maruto, Jarrete, Sobaco y Verija; sinllegar a ‘indignas partes’.Existía gran diversidad en cuanto a la propuesta culinaria y los hábitos gastronómicos, ala hora de ‘los tres platos’, en aquellas mesas vestidas con manteles de hule. Se usaba la‘mano’e pilón’ para machacar el maíz con el que se preparaban las arepas (eran puestasen un azafate), que luego eran montadas en budare sobre un fogón de leña y tres topias.La dieta diaria contenía arepa, casabe, pan de trigo, variedad en carnes de animalesdomésticos o de cacería, preparada en modalidades de amplio espectro (horneada,asada, en vara, a la parrilla, salpresa, en pisillo, mechada, frita, etc.), pescado, quesos, plátano o topocho, ‘granos’ o semillas de leguminosas (frijol o caraota), cereales (maízo arroz), verduras o ‘vituallas’ (hortalizas, tubérculos, etc.) y demás yerbas aromáticas para sancochos, guisados y hervidos de ‘patarucas’, ‘pica-tierras’, y otros especímenes.Mención aparte para la cachapa con queso’e mano, suero y el ‘palo a pique’.Adicionalmente, era larga la lista de chucherías que hacían las delicias de tirios ytroyanos: Bizcochuelos, Conservas, Melcocha, Majarete, Posicle, Coquitos, Suspiros,Gofio, Frunas, Chogüi, Caramelos (Sorpresa, Chocomenta, de coco, de muñequitos,Sacamuela, etc.), Bienmesabe, Ping-Pong, Leche condensada, Gomitas, Helados Club(Morochos, Crema real, etc.), Refrescos (Bidú, Pepsicola, Frescolita, Grapette (la botellita), Green Spot (la bocona), Orange Crush, Fanta, etc.), Torrejas, Paspalitos,Galletas de soda, Tabaquitos y Monedas de chocolate, Toddy, Cuàquer, Chiclets(Miniatura, Bolibomba, Papaúpa), Raspaos, los exóticos y abrillantados dulces quetraían los reyes magos, arroz con coco o leche, dulces de frutas, jaleas, topocho pasao,flan, quesillo, tortas y dele que son pasteles.En cuanto a la moda, el caqui era la ‘pinta’ por antonomasia; tanto para el diario como para fines escolares y la brega, incluyendo a la policía. Las alpargatas y el sombrero‘e

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  12. 7cogollo dominaban la escena; se usaban ‘peloeguama’ checoslovacos, liquiliquis,camisas y guardacamisas, guayaberas y pantalones ‘brincacharcos’; a algunos lestocaban las ‘chivas’ y otros andaban con la ‘pata pelá’.El Bikini había nacido, pero nada que ver; las féminas de vanguardia, acicateadas por revistas y figurines, usaban los camisones y las faldas cuesta abajo’e la rodilla, por lotanto ver un picón pertenecía al campo de los procesos estocásticos, probabilísticos,azarosos o de año por la cuaresma. También se veían faralaos, estampados, fustanes ymuchas cotas (pero pocos escotes). En fin, se dejaba mucho a la imaginación.Se agrega una breve reseña relacionada con las infraestructuras que conformaban lassedes principales de la actividad educativa, a saber: El Grupo Escolar “Narciso LópezCamacho” (Médico), el Liceo “Víctor Manuel Ovalles” (Farmacéutico) que se ubicabafrente a la plaza Bolívar y el “María Inmaculada”, colegio de monjas, con su cocina deinconfundible aroma.En resumen, todo lo anterior significaba que la felicidad tenía algo más que sutilvigencia en la gente, y que los ayudaba a soportar con estoicismo las vicisitudes queles tocaba atravesar en su duro y humilde trajinar, en la búsqueda permanente de unfuturo promisorio. Es por ello que traemos a colación la siguiente cita de Lucio Séneca:
    “Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con lascircunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida.”
    .

    Ojalá que“
    las que quieran
    ” no tenga nada que ver con apagones, cortes de agua, inseguridad,vandalismo, etc.; y que si “
    es amigo de lo que tiene
    ” no sea víctima de “amigos de loajeno”, malamañosos, encantadores de serpiente, etc. ¡Pare de sufrir!Del querido terruño permanecen latentes en la memoria imágenes de tan lejano tiempo;en particular la astronómica, manifestada en la curiosa observación del universo (esaentelequia infinita) y sus radiaciones cósmicas en las noches de cielo despejado,reflexionando acerca de dilemas existenciales (sintiéndose como gusano) y emulando al personaje del “Grabado Flammarion”. Al concluir tales trances de honda meditación,creyendo ser iluminado de los dioses (como algunos políticos demagogos de nuevocuño) y haber hallado el lugar en el que el Cielo y la Tierra se encuentran, se oía, persistentemente, una voz interior repitiendo burlona: “¿Ah sííí? ¡Yo te aviso, chirulí!”.‘Abájense’ de esa nube ‘cuños’ y ‘ajilen’ del codo al caño y más allá.

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  13. 8Cerrando este capítulo de lisonjera remembranza (hasta aquí nos trajo el río), semanifiesta singular apego por la gente (la de mayor popularidad merece crónicaespecial) y por las buenas costumbres del llano tucupidense.Especial estima por los fajaos “de a caballo”, los “de armas tomar”, los copleros‘relancinos’ con su innata capacidad para el canto improvisado, y por quienes cultivanla creatividad poética del calaboceño Lazo Martí, el mismo de la “Silva Criolla”.
    Has llegado mortal! Mira calladolo que llaman los hombres maravilla!adora este coloso encadenadoque viene a suspirar sobre la orilla!
    En contraste, ha tocado mantener, con tesón y esmero, permanente búsqueda de la musaextraviada que permitiera, como dice “La barca de oro” de Alejandro Vargas: “cantarlea la tierra que me vio nacer”. Así y todo, se garrapatea esto con algo de audacia:
    Ver a Tucupido la pasión desbordaoler su dulce brisa que besa la carabeber la calma que su suelo adornavibrar del alma cuando el sol aclara. Pasear su calor de intensa fraganciaestrechar destellos con luces de vida florecer de afectos de lejana infanciabrotar del aprecio por la gente amiga
    Con similar inquietud, Miguel de Cervantes, escribió en su obra Viaje del Parnaso:
    Yo, que siempre trabajo y me desvelo

    por parecer que tengo de poeta

    la gracia que no quiso darme el cielo
    En esa misma onda, se finaliza con lo poco que quedó después del trabajo y el desvelo:
    Pido cancha para buscar la musaQue salte del pecho entusiasmadaSin reparar en condición diezmada De mi mente seca y ya confusa.Cargo a cuestas ese pesado fardo Buscando con afán el verso esquivo En noches largas que sólo consigo Febril delirio del insomnio amargo. Llega el alba, va rayando el día Despunta el sol en el firmamentoQuiere el corazón saltar violento A ver si palpita la musa tardía.Mantengo la porfía, tregua no pidoCon gran frenesí le pongo empeño Busco al verso para ser su dueñoMás sólo brota: Viva Tucupido!

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